lunes, 25 de mayo de 2009

Comentarios islámicos

En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso
Comentarios islámicos

Prefacio

El Islam es una religión universal, aplicable a todos los tiempos y todos los pueblos, en cualquier tipo de sociedad del planeta. No es algo restringido a meras acciones de adoración, sino que más allá, el Islam abarca cada acción y cada momento de la vida de un musulmán en cualquiera de los ámbitos en que esta se desarrolla. El Islam no es ajeno a la política, ni a la economía, ni a ningún problema social. El Islam no sólo opina en cuestiones de ética o moral “religiosa”, también tiene opinión sobre la ecología, la globalización, o cualquier otro tema de actualidad.

Por otra parte, los sabios islámicos, no son sólo gente docta y erudita en materia de leyes religiosas. El verdadero sabio islámico es una persona imbuida en el mundo que le rodea, que lo conoce, que lo tamiza a través del Islam y que vierte su opinión. Es costumbre en el mundo islámico, que los fieles consulten a sus sabios, de forma directa, sobre los temas más diversos; desde meros problemas particulares de cualquier índole que no incumben más que a los protagonistas, hasta temas de las más alta trascendencia general.

Lo que sigue a continuación no es más que un ejemplo de esto, un serie de preguntas, y sus respectivas respuestas, sobre diversos temas de interés general, realizadas a uno de nuestros mayores sabios contemporáneos, Sayyed Muhammad Husein Fadlullah, en su mezquita de Beirut.

Comentarios islámicos

P - ¿Cómo contribuye esta servidumbre a la libertad humana?

R - Algunos pueden pensar en rechazar ser esclavos de Allah y piensan en tener una libertad absoluta. No se trata más que de palabras sin sentido, porque el hombre no puede ser absolutamente libre desde que él mismo es limitado. No depender de Allah significa, como acabamos de decir, ser dependientes de la materia que constituye el conjunto de nuestra existencia y el conjunto de nuestra vida. Sin embargo somos libres en nuestras relaciones con la gente, ya que nadie tiene poder sobre los demás porque cada uno es dueño de sí mismo. Ni el Profeta (PBd) posee autoridad sobre los demás más allá de los límites del mensaje que aporta de Allah y que hace de nuestra sumisión al Mensaje una parte de nuestra sumisión a Allah. El Profeta (PBd), en tanto que persona ordinaria no podía ser útil o perjudicial en nada por sí mismo: «Dí: Yo no tengo, por mí mismo ni utilidad ni perjuicio excepto en lo que quiere Allah. Si yo conociera el misterio incomunicable, acumularía bienes en abundancia y el mal no me tocaría». Así el hombre es libre en sus relaciones con los demás porque su existencia difiere de las demás y posee entera libertad de hacer o de no hacer, de dar o de no dar, de apoyar o de no apoyar. Todo el mundo posee la libertad de pertenecer a este grupo o a aquél. Sois libres en vuestras relaciones con los demás y Allah no acepta que os sometáis a cualquiera. El Profeta (PBd) dijo: "No seas esclavo de otro porque Allah te creó libre". Y antes que el Profeta (PBd) Allah dijo: «Aquellos que llamáis fuera de mí son servidores como vosotros. Son como vosotros; ¿porqué los tomáis como dioses?. No hay más realidad que Allah, y por lo que respecta a los que poseen el poder, las riquezas y la fuerza, son como vosotros, pero ciertas condiciones les han sido propicias y, quizá, lo serán también para vosotros». Por estas razones, consideramos que la libertad existencial del hombre, la que posee por su voluntad y por el movimiento de su pensamiento hacia el prójimo, es fundamental en el interior mismo del sentido de la humanidad. Así, el hombre que acepta ser esclavo de otro hombre es un kafir, ya que la expresión LA ILAHA ILLA ALLAH (No hay más divinidad que Allah) significa que Allah es la Única y Absoluta Realidad y Poder y que todo lo que no es Él no tiene poder por sí mismo. De ahí que el reconocimiento de un poder otro que el de Allah se convierte en el equivalente de la adoración a los ídolos en la medida en que representa una desviación con relación al Tawhid. Porlo que respecta a la libertad relativa del hombre y que está ligada a sus necesidades, a sus deseos, a sus placeres y a muchos de sus errores, puede, caso de no ser controlada, abrir el camino a la anarquía y al desorden. Por ejemplo, ser excesivamente libre al comer conduce a la indigestión que puede ser muy nociva, y ser excesivamente libre al beber (agua) podría conducir a muchos problemas. Pasa lo mismo con la sexualidad, ya sea en la práctica íntima de la misma o en sus relaciones con la vida en sociedad. En cada una de estas situaciones, hay ventajas e inconvenientes, lo que nos hace pensar que la cuestión de la libertad es una cuestión relativa. Por esto, siempre hay que considerarla en función de sus ventajas y sus inconvenientes en los planos individuales y colectivos. En busca del Islam original mediante el diálogo. Crítica del sectarismo
P - La evolución de la situación exige, de tiempo en tiempo, que se redefinan ciertos conceptos y ciertas cosas con el objetivo de precisar los límites y las fronteras y de no alejarse de los principios islámicos. ¿Nos puede decir qué es ser mu’min?.
R - El Imam al Baqer (P) transmitió que Rasulullah (PBd) dijo al definir al mu’min que es "aquél en el cual los mu’minín pueden confiar y confiarle sus bienes". Así, aquél que no tenga esta cualidad está desprovisto de Iman, porque esta cuestión de confianza y de fidelidad es fundamental. Hay un hadiz del Rasul (PBd) que dice: "Aquél que no tenga sinceridad no tiene Iman, aquél que no respeta su compromiso no tiene taqwa y el salat de aquel que no cumple -como se debe- el yulus y la sayda no es aceptado". "¿Queréis que os diga qué es ser musulmán?. El musulmán es aquél a quien los demás musulmanes no tienen que temer la agresividad de sus palabras y de sus actos". El verdadero inmigrante no es aquél que recorre las distancias, "sino aquél que renuncia a las malas acciones y que repudia el haram. Es haram para un mu’min tratar injustamente a otro mu’min, traicionarlo, denigrarlo en su ausencia o darle con la mano", de modo que se le trate de manera brutal, ya que su deber es ser compasivo con él. Por esto, se puede definir al mu’min o al musulmán como aquél que vive con los demás sin traicionarlos, sin usurpar sus bienes y sin dañarlos en su dignidad. No perjudica a nadie ni con la palabra ni con el gesto. La inmigración halal no es la del cuerpo que se desplaza en el espacio, sino la que se hace con la acción. Consiste en abandonar las malas acciones para dirigirse hacia las buenas acciones. La inmigración es el abandono del mal para instalarse en el bien. Los que inmigraron con el Profeta (PBd) son aquellos que abandonaron los valores del Kufr para buscar los del Iman. Ellos lo hicieron para afirmar los valores del Iman en su nueva vida y para desembarazarse de los valores del Kufr que acarreaban en su vida anterior. Es en este sentido que hay que detenerse en el hadiz transmitido del Imam as Sadeq (P) en el que se habla de las cualidades de los Shiítas como tienen que ser, pues siguiendo la vía islámica original, hallamos que el Shiísmo no está separado del Islam. Antes al contrario, es el Islam en toda su moralidad y el sentido pleno de responsabilidad que una persona puede tener con los demás. Sobre esto, un hombre fue a encontrar al Imam al Baqer (P) y le dijo: "en mi país hay muchos Shiítas". El Imam (P) le preguntó: "¿Los ricos tratan a los pobres con compasión en tu país?, ¿los que hacen el bien perdonan a los que actúan mal en tu país?. ¿Y la gente de tu país se trata con igualdad y justicia?". "No", respondió el hombre. Entonces el Imam (P) le dijo: "Esos no son Shiítas; los Shiítas son los que se comportan como te acabo de decir". El Shiíta es aquel que sigue la vía de la moralidad islámica en la cuestión social, es decir, el que trata a los pobres con compasión, el que perdona al malhechor y el que trata a sus hermanos con igualdad y justicia. Si no lo hace, se devía de la vía del Islám y, en consecuencia, de la vía del Shiísmo. En otro hadiz, un transmisor de nombre Jaizama dijo: "Entré en la casa de Abu Ya’far (Imam Baqer) para despedirme de él (P) y me dijo: "¡Oh Jaizama!. Saluda a todos aquellos que veas de nuestros partidarios y recomiéndales (la recomendación se dirige a todos nosotros) de temer a Allahu Ta’ala y diles que, de los que entre ellos sean ricos, tienen que compartir con los pobres, y los fuertes con los débiles, y los vivos tienen que asistir a los funerales de los muertos. Diles también que deben visitarse unos a otros, pues cada uno de sus encuentros constituye un reforzamiento de nuestra causa (su causa es, como hemos dicho, el Islám entero: sus doctrinas, sus leyes, sus valores y su moral). Que Allah tenga Rahmah con quien refuerce nuestra causa. Diles que no serán nuestros partidarios más que por la taqwa". Porque ser su partidario no es un sentimiento: ser partidario de Allah (swt) es obedecerle, ser partidario del Profeta (PBd) es seguirle y ser partidario de su Ahlul Bait (P) es adoptar su método de obedecer a Allah y amarle en todas las condiciones. El Imam al Baqer (P) también dijo: "Los que más van a sufrir el Día del Juicio son aquellos que recomiendan la justicia y practican otra cosa que la justicia". Porque cuando os comprometéis a ser sus partidarios, o sea, a seguir la vía de Allah y de Su Rasul (PBd) y cuando os aliáis con nosotros que representamos el Imamato, que es la expresión fiel del Islam, significa que debéis hablar a la gente de la justicia que representa el Imamato y del derecho que defiende. Si hacéis de otra manera, estaréis entre aquellos que se arrepentirán más el Día del Juicio porque habíais hablado de la justicia y sois los primeros en haberla traicionado. Los que actúen respetando los contenidos de aquello que dicen, entrarán en el Paraíso, mientras que vosotros, los que predicáis la justicia, entraréis al fuego porque no habéis actuado de acuerdo con vuestra enseñanza. Esta es la vía seguida por los Aimma (P) y toda la cuestión es de saber si nosotros seguimos esta vía.
P - Nosotros somos, según su opinión, prisioneros de nuestro sectarismo, ya sea en los principios o en los objetivos. La lógica sectaria conduce, como ha dicho, a la podredumbre de uno mismo, lo que claramente significa que el problema está en el interior de cada uno más que ser producto de los factores exteriores. ¿Qué piensa acerca de ello?.
R - No subestimo la presión de los factores exteriores. Pero digo que la solución comienza con el saneamiento de uno mismo y la revisión de nuestra concepción del mundo a la luz de la enseñanza coránica, de la enseñanza de la escuela del Profeta (PBd) y de los miembros de su Familia (P). Esto nos permitirá que salgan nuestras ideas y nuestros sentimientos de la estrecha cárcel del sectarismo. Solamente a partir de esta condición nos será posible iniciar un auténtico cambio de la realidad. Únicamente viendo las cosas de esta manera nos será posible comprender los magníficos cambios aportados por Rasulullah (PBd) y por los Imames de su Familia (P), así como el advenimiento prometido del Imam al Mahdi (P) que llenará la tierra de justicia y equidad. El Imam al Mahdi (P) introducirá un cambio cualitativo en la marcha de la humanidad, porque su razón será la razón del mundo, su corazón estará abierto a todo el mundo, porque su movimiento no se limitará a un rincón racial, regional o nacional. Su movimiento será para la humanidad entera, porque Allah es el Señor de los Mundos, su Mensajero se ha enviado a todo el mundo y el Imam es el Imam que liberará la vida de todo el mundo. Cuándo leéis "Señor de los Mundos", debéis saber que Allah engloba a toda la humanidad con Su Rahma, con Su Perdón, con Su Generosidad y con Sus Dones. Tenéis que comprender el hadiz del Rasul (PBd): "Revestíos con las bellas cualidades de Allah". Que nuestra Rahmah sea para la humanidad toda entera. Que nuestro pensamiento se dirija hacia los dolores de todos los seres humanos. Si cada uno llega a ampliar sus horizontes, será más capaz de resolver los problemas de su pequeño mundo. Esto es así porque, en nuestros días, los problemas de un pueblo no se pueden resolver más que en el marco de la solución a los problemas del hombre. Los problemas actualmente están estrechamente ligados unos con otros y el mundo se ha transformado en una única aldea. Así que si se quiere ser musulmán a la manera del Profeta (PBd), es necesario recordar la aleya coránica que dice «Nós te hemos enviado únicamente para que seas una Rahmah para las criaturas », y la que dice «Nós te hemos enviado a la totalidad de las criaturas únicamente como portador de la buena noticia y como advertidor». Quien quiera serlo debe ser un hombre de dimensión mundial, un hombre que piensa en la medida de sus posibilidades en el sentido de una islamización del mundo por la sabiduría, por el buen ejemplo, por la discusión constructiva y por el hecho de ordenar el bien, prohibir el mal y ejercer el yihad respetando las condiciones del ambiente. El campo de acción está abierto para todo el mundo. Todo debe moverse como el aire libre y como los rayos del sol. No os encerréis en el interior de vuestras casas. No aprisionéis vuestros corazones en los odios, porque Allah nos ha dado un sol que ilumina nuestra tierra. Este sol es Rasulullah (PBd) y su luz es el Islam. Tenemos que seguir este sol espiritual para extraer de él calor y luz. Tenemos que respirar el aire puro del Mensaje para que podamos ser los partidarios de la gran marcha cuyas etapas están esbozadas en el Du'a al Infitah, en el que repetimos: "¡Señor! Te imploramos que nos permitas construir un Estado noble que procure la gloria al Islam y a los musulmanes y el rechazo al nifaq de los munafiqin, un Estado en el que estemos entre aquellos que llaman a obedecerte, que dirigen a los demás hacia Tus Vías preparándose, cada uno, a ser un guía potencial y que ganan el honor de este mundo y del otro”.

Sayyed Muhammad Husein Fadlullah
Biblioteca Islámica Ahlul Bait (P)
Traducción: Luqman Colmenero

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