miércoles, 11 de febrero de 2009

Bajo la Luz del Islám



Bajo la Luz del Islám

Avicena o Abu Alí al Husayn ibn Abd Alláh ibn Sina, nació en Bujara, región del Gran Jorasán 980 d.c y muere en Hamadán 1037 d.c en el actual Irán. Médico, filósofo y científico musulmán de origen persa, escribió alrededor de 450 libros de diversas materias, fundamentalmente de filosofía y medicina, sus libros más famosos fueron El libro de la Curación y El Canon de Medicina también conocido como El Canon de
Avicena, y por excelencia fue el tercer maestro de la filosofía después de Aristóteles y Al Farabi, siendo considerado como uno de los más grandes médicos y filósofos de todos los tiempos.
Avicena interpretó el Noble Corán en el Verso 35 del Capitulo 24 o de La Luz, con el fin de explicar la relación entre Dios y el intelecto humano:
El Noble Corán, Cáp. 24, Verso 35 dice:
(Dios es la Luz de los cielos y de la tierra. Su Luz es comparable a una hornacina en la que hay un pabilo encendido. El pabilo está en un recipiente de vidrio, que es como si fuera una estrella fulgurante. Se enciende de un árbol bendito, un olivo, que no es del Oriente ni del Occidente, y cuyo aceite casi alumbra aun sin haber sido tocado por el fuego. ¡Luz sobre Luz! Dios dirige a Su Luz a quien Él quiere. Dios propone parábolas a los hombres. Dios es omnisciente).
Interpretación de Avicena siglo IX d.c:
"El sentido metafórico de la palabra luz, se entiende en el bien y en la causa que lo produce; quiero decir con esto que Dios, ¡ensalzado sea!, es un bien en sí y además es la causa de todo bien; La expresión: de los cielos y la tierra significa el todo; El nicho (hornacina), interpreta a la inteligencia material y el alma racional del hombre, pues el nicho está junto al muro para disponer mejor de la iluminación o conocimiento, ya que todo lo que está junto a los muros se refleja mejor y materializa a la luz haciéndola visible”. “Así como la inteligencia se asemeja a la luz, es del mismo modo lo que recibe la inteligencia proveniente de Dios (el intelecto humano), esto se asemeja al cuerpo que recibe la luz, es decir; a lo transparente que puede ser el aire (Materia intangible) y el mejor espacio para dicho fin es las paredes internas del nicho (metafóricamente interpretado como la mente humana), pues el nicho representa a la inteligencia material o habilidad humana para aprender, que tiene con respecto de la inteligencia adquirida, la misma relación que existe entre el nicho y la luz”. “El candil o lámpara, representa la inteligencia adquirida, ya que la luz es una perfección para lo transparente, y deposita en la inteligencia material a la inteligencia adquirida convirtiéndola en un reflejo de si misma”.
“Así la inteligencia adquirida mantiene con respecto de la inteligencia material la misma relación que tiene el hilo pabilo con respecto al nicho, es decir; es como una estrella brillante, porque hecho de vidrio puro y transparente, no de vidrio coloreado, ya que nada de lo que está coloreado puede ser estimado como transparente, y la frase: que se enciende con el aceite de un árbol bendito, representa la facultad reflexiva que es el sujeto y la materia de los actos intelectivos del mismo modo que es el sujeto y la materia del pabilo”.
“Ni del Oriente ni del Occidente: el oriente designa clásicamente el lugar por donde aparece la luz, y el Occidente aquel por el que se pierde, metafóricamente el oriente indica el lugar donde habita la luz, y el Occidente donde desaparece; su frase ni del Oriente ni del Occidente es una imagen de lo que aquí decimos, es decir; que la sabiduría de Dios no esta sujeta a limitaciones y en esencia como atributo divino es infinito”. “En tanto al Nicho o (Mente) y el Hilo Incandescente o (Discernimiento humano), es tomado como la facultad reflexiva en sentido absoluto, esta no es una de las facultades puramente racionales en las cuales naciera la luz en sí, tampoco es ni mucho menos, una de las facultades bestiales o animales en las que se pierde su luz”.
“En la frase Cuyo aceite brilla casi sin que le haya tocado el fuego, es una metáfora, pues expresa los dos contactos no físicos entre el conocimiento o Luz Divina y el Discernimiento Humano, que es la unión inmaterial o metafísica entre el flujo original intangible y la llama fuego ardiente que emite la luz, a esto se refiere como la inteligencia universal”. Cuando expresa la aleya del Corán: ¡Luz sobre Luz!, hace una clara diferenciación de jerarquías entre conocimientos, la primera Luz es el Conocimiento de Dios que es la fuente originaria e ilimitada, y está por encima de la segunda Luz que representa al Conocimiento humano universal, caracterizado por ser limitado y producto del conocimiento del Dios.
Cuando dice: Dios dirige a Su Luz a quien Él quiere, refiere al reconocimiento de la soberanía de Dios sobre la naturaleza sapiente del hombre, que se puede interpretar primeramente en la voluntad divina en que el hombre disponga de intelecto y no sea solamente una bestia, y segundo es que este intelecto humano está supeditado en dirección y magnitud a las ordenes de Dios. Y finalmente expresa: Dios propone parábolas a los hombres, corresponde a una cualidad pedagógica de Dios para enseñar relaciones complejas mediante ejemplos sencillos, pues el per sé es el Dios omnisciente sobre sí y sobre todo lo creado.
Importancia en el pensamiento de Avicena en occidente.
La obra Avicena fue fundamental para los racionalistas de la religión y posteriormente para los racionalistas laicos, entre ellos influyó radicalmente sobre Averroes (1126 -1198), filósofo y médico andalusí, maestro de filosofía y leyes islámicas, matemáticas y medicina; también destacó a Maimónides (1135 -1204), quién fue médico, rabino y teólogo judío más célebre de la Edad Media, también a Santo Tomás de Aquino (1225 - 1274), quien fue un reconocido teólogo y Doctor de la Iglesia Católica, siendo el máximo representante de la tradición escolástica, y a Baruch de Spinoza (1632 - 1677) quien fue un filósofo neerlandés, de origen judío sefardita portugués, heredero crítico del cartesianismo; Las obras de Avicena se tradujeron al latín en el siglo XII, reforzando la doctrina aristotélica en Occidente aunque fuertemente influida por el pensamiento platónico, colocó a la Razón como manifestación objetiva de la voluntad del propio Dios, esto por negación de lo irracional, también distinguió a Dios como la esencia abstracta y a la Creación como el ente concreto, este último dependiente del primero.

Prof. Alfredo Díaz

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